sábado, 4 de diciembre de 2010

La muerte en los labios


Por Felipe Elvir Rojas


Los poetas la muerte presentimos
y a la muerte cantamos.
en los huesos bien caben los abismos
de horrores insondables.

Una sombra sin forma que camina,
eso seremos siempre los humanos.
La palabra que surge de los labios
no aprisiona ni el ruido de los pasos.

¡Oh, la muerte! La extraña cazadora
con su guadaña fría y sin descanso.
Yo escucho tu alarido milenario
y en los poros, el roce de tu mano.

La muerte nuestros sueños ilusorios
atisba a cada instante.
En la raíz obscura de las ansias
nos esperan sus manos.

Yo la miro en mis noches de vigilia.
En la cal de mis hueso se ha parado
con su ruda mirada indescifrable.
Ora va y ora viene por el valle
donde hay cauces de gritos y de lágrimas.

En el triste silencio de las piedras
y en las risas ingenuas de los niños,
la muerte nos contempla;
nos trae su mensaje desolado
bajo cielos de azul interminable.

Mejía, M. L. (1961). Índice General de Poesía Hondureña(pag 345). México: Editora Latinoamericana S.A.
Compilado por Sheila Bocanegra, Apreciación Literaria, UNITEC

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