Revista Literaria Pegaso N° 3, Junio 1957 (pag.16) |
Por Felipe Elvir Rojas
I
¡Ved a ese obrero! ¡Yo lo llamo hermano!
Sus manos cual veloces lanzaderas,
van recogiendo el pensamiento humano,
levantando galeras tras galeras.
¡Ya se mueve la prensa! ¡Oh, clara maravilla
con que el hombre eterniza el sentimiento!
Líneas, comas y letras bastardillas,
cual gritos, carcajadas y lamentos…
¡Vedlo inclinado! Con fe, meditabundo.
Sus dedos pueden conmover al Mundo,
desde mares, montañas y praderas.
¡Juan Gutemberg—Maestro de la Vida!
¡prodigio de una ruta indefinida
ascendiendo veloz a las esferas!
II
La prensa y sus obreros denodados
es baluarte de ideales definidos.
Es alto valladar de los malvados
y confianza de los pueblos oprimidos.
La prensa que proclama sus hosanas
va ganando batalla tras batalla.
Las letras son espadas toledanas
entre el rudo clamor de la metralla.
Por eso en este día, ¡hermanos míos!
entre el diáfano idioma de los martillos
os traigo mis gigantes clarinadas.
Yo que ausculto del alma los secretos
he tallado una estatua de sonetos,
con banderas al aire desplegadas.
III
Entre mesas y negros chibaletes
vas alzando figuras prodigiosas.
Los acentos, cual ágiles jinetes
hacen alto en tus manos luminosas.
Tú comprendes el alma de las cosas;
conoces el dolor de tus hermanos.
En las álgidas noches tempestuosas
has visto levantarse a los enanos.
Los pigmeos que ignoran que el talento
es la chispa genial del pensamiento
que conduce a las cumbres elevadas.
¡Noble hermano, yo admiro tu optimismo!
¡La prensa es barricada de heroísmo
redimiendo naciones sojuzgadas…!
Elvir Rojas, F. (Junio de 1957). Tríptico al Tipógrafo. Pegaso , 16.
Compilado por Sheila Bocanegra, Apreciación Literaria, UNITEC
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